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Entrevista al escritor Juan Manuel de Prada por María Jeunet
Si digo “Juan Manuel de Prada” casi todo el mundo tendrá en mente automáticamente la imagen de este hombre: un escritor (mejor con mayúsculas): ESCRITOR español que está dejando una huella imborrable en nuestra cultura e historia.
Hace unos meses me invitaron a una charla con él organizada tras la firma de libros de su última novela (Morir bajo tu cielo). Lo confieso: nunca había leído ninguna novela suya, pero días antes hice un brevísimo repaso de su obra y compré la nueva y El séptimo velo.
La charla duró poco más de una hora y la sensación que fue naciendo en mi desde el primer minuto es que este hombre tiene una enorme base de datos (datos a los que accede con rapidez y acierto) en su cabeza. He conocido a pocas personas capaces de exponer tan claramente y con emoción lo que nos contó aquella tarde.
Nos habló de un capítulo de la historia de España del que casi nadie sabe nada. Quizá ya solo queden algunos recuerdos en las cabezas de ciertas personas que gracias a tus abuelos o parientes mayores tuvieron la gracia de atesorar. Hoy, gracias a esa novela nos acercaremos a una época extraña.
Al terminar me acerqué a su mesa, me dedicó su novela y charlamos unos minutos. De esos momentos surgieron otras charlas y ahora esta entrevista.
Os dejo con Juan Manuel de Prada, esta entrevista la hicimos hace unas semanas.
(Esta es su web: http://www.juanmanueldeprada.com/)
1. Cuando eras niño, ¿en qué querías convertirte de mayor? ¿Te sientes satisfecho hoy en día?
Siempre quise ser escritor, no me recuerdo queriendo ser otra cosa. Incluso a una edad en que no sabía exactamente qué era eso de ser escritor, quería serlo. Y con la adolescencia esta vocación “intuitiva” se hizo consciente y efectiva. Si te dijera que me siento por completo satisfecho te mentiría: aunque conseguí ser lo que anhelaba, la dura realidad es que la literatura ha dejado de ser un medio de vida, y veo el futuro bastante oscuro económicamente para alguien que, como yo, a los veintipocos años, pensó ilusamente que podría vivir de la literatura.
2. ¿Sabrías decirme en qué momento supiste que lo tuyo era escribir? De no ser escritor, ¿cómo te habría gustado ganarte la vida?
No sabría decirte el momento exacto, pero fue a una edad muy temprana, tal vez con tres o cuatro años. Esta precocidad se debe a que mi abuelo me enseñó a leer y escribir antes de ir a la escuela, con apenas dos o tres años, de tal modo que cuando fui a la escuela yo ya sabía leer de corrido. Esto me distanció mucho de los niños de mi edad y me convirtió en un “perro verde”. En la adolescencia anhelé también ser director de cine, pero creo que hubiese sido una mala opción, porque en el cine tu trabajo de pende de demasiada gente, y por lo general de gente cerril que consigue la pasta y no sabe nada de cine.Y sospecho que me habría deprimido bastante.
3. Elige un día de la semana, cualquiera. Y cuéntame cómo es y qué sueles hacer desde que tu cabeza se pone en marcha hasta que te acuestas.
Cuando estoy escribiendo una novela me levanto a las 7.30 y me pongo a escribir en ayunas hasta que me caigo de cansancio, allá por las dos o dos y media de la tarde. Como y leo la prensa, después escribo un artículo si tengo que hacerlo y por la tarde (para entonces son aproximadamente las seis) leo un poco, o voy al cine con mi mujer, o me veo con algún amigo. A eso de las diez de la noche empiezo a pensar un poco en lo que voy a escribir al día siguiente. Así día tras día, hasta que acabo de escribir la novela. Ahora no estoy escribiendo novela, sino que todavía estoy documentándola, empezaré en un mes aproximadamente a escribir (si lo sacas en marzo estaré en plena faena). Me suelo acostar a las doce, pero lo cierto es que puedo pasarme la noche en blanco, asediado por la historia que pretendo contar.
4. ¿Puedes decirme cómo te ves dentro de diez años?
Pues me veo escribiendo, ya no me queda otra salida. Pero, si la gente sigue pirateando y desertando de la lectura, imagino que estaré pasando grandes dificultades económicas. No descarto que haya tenido que buscarme un trabajo alternativo y que, aunque siga escribiendo, lo haga sólo para mí, y en todo caso para unos pocos lectores a los que venda directamente mis libros. Lo que tengo claro es que, si el problema de la piratería sigue creciendo, no voy a escribir gratis para mangantes.
Una película: Espartaco, de Stanley Kubrick, o Fort Apache, de John Ford, la que más te apetezca.
Una receta: El cocido que me hace mi madre cuando voy a Zamora.
Una ciudad: Sigüenza
Una hora del día: Las 8 de la mañana, cuando me pongo a escribir y veo crecer el día.