Bad (1987) Album de Michael Jackson

Bad (1987) Album de Michael Jackson

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Bad (1987)

Album de Michael Jackson

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Lo primero que me viene a la mente cuando menciono este disco es la anécdota de que a lo largo de todo el proceso de producción del disco, Michael Jackson escribió en su espejo de baño el número 100.000.000.

100.000.000.000 como objetivo de vender 100.000.000 de discos. Que sea la voluntad asumida de superar el «Thriller» y hacer un back-to-back que lo sitúe en la Sala de los Cantantes/Interpretes. Pasemos a este debate interminable sobre las cifras de ventas reales y falsas de «Thriller» (el verdadero número 1 de todos los tiempos en la venta de álbumes? es el álbum n°1, n°2, n°1 no oficial de The Eagles?……), aún así es suficiente este objetivo para marearse.

Vértigo si nos situamos en el contexto de la época: con una crítica abrumadora de su disco anterior, ventas que nunca se habían visto antes (y nunca más), una reputación que nunca se había alcanzado, un disco final con sus hermanos coronado de éxito y una gira igualmente dantesca, el proyecto de querer ir más allá con «Bad» habría mareado a muchos artistas. Y no hace falta decir que, transcrito en el contexto actual («crisis» del modelo musical actual, estandarización de gustos y obras), el inicio de un objetivo tan alto para un futuro álbum habría estado al borde de la locura.

Sobre todo porque en ese momento, la competición no era sólo un cambio de ritmo: lejos de ser una fanfarronada, esta competición llevaba el nombre de Madonna, Prince, U2, justamente por eso. Y en esta carrera frenética, reconocemos aquí y allá el plagio recíproco, al menos los préstamos, como es el caso en la escenografía escénica entre Madonna y Michael Jackson por ejemplo.

Pero el artista pretende establecer su reinado y pretende hacerlo….hacer un dúo con Prince sobre la canción del título del álbum…sin embargo, Michael Jackson encontrará (como con Barbra Streisand o Whitney Houston) rechazos igualmente categóricos. La historia recordará que el rechazo de Prince vendrá de la simple lectura de la primera frase del primer verso de Bad «Tu trasero es mío».

Porque no nos equivoquemos, «Bad» es el deseo de un artista de cambiar su imagen (y no sólo físicamente): notamos aquí el deseo de hacer su imagen más «roots», más streetwear, más urbana y «violenta». Para romper esta imagen de «yerno ideal», se habrá pensado en todo: desde la chaqueta hasta los sonidos y letras de algunas canciones, «Bad» debe marcar esta entrada en una nueva era.

Y para ello, el artista no ha escatimado esfuerzos: más de 70 títulos más o menos grabados (cuyo rastro se encuentra en la reedición del 25º aniversario) y una exigencia constante. Cuando escuchas la línea de teclado de «Price of Fame» o el carácter dulzón de «I’m so blue» (lanzado con motivo de la reedición del 25º aniversario de «Bad»), te das cuenta rápidamente de que te estás acercando al límite de lo que es razonable, tanto que estos títulos habrían tenido su lugar. Pero para poder reivindicar el reinado, hay que elegir: y de 70 temas, la lista de temas del álbum pasa a 11 temas, oscilando entre el nerviosismo, la rabia liberadora y el perfeccionismo empujado a su paroxismo. La tecnología tiene la cualidad de poder obedecer al dedo y al ojo y al más mínimo deseo del artista. Como tal, Bad da la impresión de un control extremo, de pureza de sonido. Y si esto se hace a expensas de un sonido más funk, más cobrizo, esta dirección instrumental menos «tradicional» también tiene sus ventajas. Así, el disco es sin duda uno de los más pecaminosos, uno de los más enérgicos y puede considerarse como un reflejo de la época: el de los inicios de la inmediatez, de la asunción de riesgos, ciertamente calculados pero que se transforman en un verdadero rodillo de compresión. Con esta búsqueda constante de llegar a un nuevo público a través de tendencias/sonidos cada vez más amplios (rock, más urbanos y eléctricos), «Bad» es un reflejo de esta sociedad que se está abriendo al consumo masivo: ¡no mires, en definitiva, en «Bad» hay algo para todos! Desde el eficiente y embriagador riff de guitarra («Speed Demon») hasta la caja «conscience» («Man In The Mirror»), el álbum se permite dejar áreas donde Michael Jackson es sin embargo el rey, pero lo hace extremadamente bien. Las contribuciones combinadas de Greg Phillinganes, Glen Ballard, Paulinho Da Costa y esto bajo la égida del Maestro Quincy Jones no son ajenas al éxito del álbum.

Pero el álbum marca sobre todo la emancipación del artista. Y es toda la identidad vocal del álbum la que se ve afectada por este lanzamiento. La liberación de esta familia que nunca ha dejado de querer retrasar la salida de Michael Jackson del grupo. Una liberación casi definitiva también de su padre y que llevó a una colaboración no menos sulfurosa con Frank Dileo. Michael Jackson está solo y pretende ser el único comandante de su carrera. La ampliación del «Bad World Tour» estará en línea con esta lógica: la suma de estas fechas habrá servido…. para financiar la compra, construcción y equipamiento de Neverland, un verdadero búnker para el artista.

Esta gira es récord: después de Victory, que tuvo la particularidad de «mezclar» la canción del último álbum de Jacksons y los temas de «Thriller» («mezclar» porque al final los hermanos Jackson serán más el coro/bailarines de Michael Jackson que cualquier otra cosa), «Bad Tour» será una gira lucrativa en más de un nivel. Por los países que ha recorrido (Japón en particular, donde nunca se negará el éxito del artista), el número de fechas (123), la particularidad de esta gira (casi exclusivamente llenando estadios) y el resultado de la misma. Y es en este último punto en el que «Bad»/»La mala» era es un pan de cada día bendito: si en la escenografía denotamos un cierto «amateurismo» (además, la distancia que separa el «Tour Peligroso» del «Tour del Mal Mundo» es tal que parece inimaginable que sólo hayan transcurrido menos de 5 años entre el inicio de las dos giras), qué decir de la acústica, de las interpretaciones vocales y coreográficas y, más en general, de la atmósfera que reinaba en ese momento. Lo que muchos describirán como el clímax en vivo del artista: hay informes de repeticiones implacables para mejorar la calidad del sonido, actuaciones ininterrumpidas…. y sin reproducción. Además, la presencia de Ricky Lawson (batería), Sheryl Crow (corista), Greg Phillinganes (teclado) y Jon Clark (guitarra) convencerá a los más escépticos de la época dorada del «Bad World Tour».

Las ventas (todavía) de discos del álbum (estamos hablando de 1.000.000.000.000 de discos vendidos…. por semana en el mundo) también fueron impulsadas por el carácter «multimedia» del artista, que en el espacio de dos álbumes se ha convertido en un maestro en este campo. Además de los soportes («Bad» es el primer LP que se publica….en Compact Disc) y los clips (incluyendo «Bad», dirigido por Martin Scorsese y que ve el debut de…Wesley Snipes), también hay una «película» («Moonwalker», una especie de clips de compilación de OVNIS y con una «historia» de fondo), una mayor presencia mediática debido a…….la rareza de las intervenciones del artista, un merchandising que florece en torno a su notoriedad y que no es insignificante (ni siquiera fatal) el inicio de relaciones interesadas pero muy mal apreciadas con los periodistas. En este sentido, «Bad» es la cúspide del barnum de Jackson: ¡se hace todo lo posible para asegurar la presencia, la mención y la evocación del artista!

Sin embargo, si el éxito de público es inigualable, si la gira confirma los riesgos asumidos por el artista y su compañía discográfica, el álbum sufrirá una falta de reconocimiento. Además de los reproches hechos al giro artístico elegido, recordaremos la ausencia de premios Grammy para el álbum, que fue el más prolífico de su tiempo. Esta falta de recompensa es tanto más lamentable cuanto que corona una de las actuaciones en directo más exitosas del artista…. en los mismos premios Grammy. Sin embargo, afirmar que la victoria del «árbol de Josué» (U2) es usurpada es deshonestidad intelectual. Pero aquí podemos sentir el comienzo de una relación tormentosa entre la «comunidad musical» y Michael Jackson. Frente a su sed de éxito y de reinado, Michael Jackson encontrará indiferencia y luego un cierto aislamiento o incluso estigmatización, porque su personalidad y su actitud «singular» son tan desagradables. Y al igual que con «Off The Wall», esta falta de reconocimiento llevará a una sed de venganza por parte del artista. Pero esta vez, además de un éxito mucho menos convincente, todo el «imperio» se debilitará (cuestiones de moral, relaciones más que tensas con la prensa, dirección artística menos audaz)….

«Bad» es mucho más que un álbum: es un verdadero «producto» de consumo. Después de un exitoso cambio musical, el artista logra llevar a la industria del entretenimiento a una nueva era de consumo masivo, declinación multimedia y al artista como marca. Pero esto no altera en nada la calidad del disco: además de ser efectivo, «Bad» suena diabólicamente bien, destaca un Michael Jackson con una voz más rockera y hace una serie de éxitos. Casi 30 años después, este álbum suena irremediablemente «Bad»!

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Última actualización el 2024-11-13 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados. En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.